P R O Y E C T O S |
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Ad libitum, se utiliza en música para indicar que un pasaje determinado puede ser ejecutado libremente, a voluntad, sin estar sujeto a la rigidez marcada por el “tempo”. En medicina, esta expresión (ad lib.), le indica al paciente que la toma de la medicación prescrita no está sujeta a pauta alguna, pudiéndose administrar según se desee. De esa forma ––ad libitum–– es como fueron realizadas estas fotografías, sin ningún plan preconcebido, sin la existencia de un proyecto previo. No hay un hilo conductor, no hay una serie, no hay una homogeneidad temática; sencillamente se ha fotografiado algo que en cierto momento y de una forma espontánea ha sido capaz de captar la atención del fotógrafo. En definitiva, esta colección de fotos responde más a una elaboración a nivel intuitivo, pre-consciente, que a la presencia de un estricto cálculo fotográfico: No es exactamente el producto de una reflexión estética ante la presencia de lo que se va a fotografiar. |
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La fotografía de Daguerre de 1838 (vista del Boulevard du Temple de París), inauguró -involuntariamente- un género (aunque conviene señalar que esta primera imagen urbana no se corresponde con lo que hoy entendemos por street photography). Este icono primigenio registra -en una primera impresión-, el bulevard desierto, ausente todo rastro humano; una ciudad sin vida, sin el bullicio propio del París o cualquier otra ciudad de la época. La ciudad detenida en el tiempo, inerte; el único vestigio vital es la presencia de dos hombres, con cierta borrosidad, que interpretamos como un limpiabotas y el cliente al que lustra el calzado. En la historiografía fotográfica sin duda el autor fundacional del género ha sido Eugène Atget, generador de una poética mirada sobre el París menos monumental y más popular; escaparates comerciales, vendedores ambulantes, personas anónimas o prostitutas que poblaban el viejo París que no fue afectado por la renovación urbana de Haussmann. Atget aporta una fresca y novedosa mirada sobre la ciudad que atiende a los aspectos más cotidianos y desapercibidos. Cartier-Bresson, Brassai, Walker Evans, … y tanto otros clásicos, como la recientemente descubierta Vivian Maier, han sido ilustres renovadores del género. “Para mí la fotografía es el arte de la observación. Se trata de encontrar algo interesante en un lugar ordinario … Me he dado cuenta de que tiene poco que ver con las cosas que ves y mucho con la forma en que las ves”, así describe Elliott Erwitt el escenario de lo cotidiano del que se nutren los street photographers -flâneurs- contemporáneos. Deambuladores en búsqueda de imágenes que se diluyen en el espacio público, espacios de encuentro y/o de tránsito; espacios de búsqueda del anonimato o del reconocimiento. Carmen Dueñas |
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